¿Por qué disfrutamos tanto de las superficialidades?


Por qué nuestro cerebro otorga tanta trascendencia a cosas que son superficiales y no se centra esencialmente en lo que es realmente importante.


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A algunos clientes que caminaban por entre las góndolas de un supermercado se les pregunta si quieren probar una nueva marca de café. Quienes acceden, se les invita a pasar a un stand a realizar la cata del nuevo producto, ya adentro se les acerca una bandeja con numerosas tazas y vasos de café. La particularidad es que las tazas son de porcelana y los vasos son de plástico.
¿Qué piensa usted que mayoritariamente han escogido los fugaces catadores para probar el nuevo café, las tazas de porcelana o los vasos de plástico?
La realidad marcó que alrededor del 80% de las personas eligió las tazas de porcelana.

¿Si el café es el mismo, por qué la gente disfruta más tomar un café en una taza de porcelana que en un vaso de plástico?

Otra cosa importante es que no existe el tal nuevo café, sino que esta cata fue, en realidad, parte de un experimento sobre el efecto “halo” que veremos más adelante.


Con todos los sentidos

¿Si usted se encuentra en la misma situación que los clientes del supermercado, o sea, es convidado con café en una taza de porcelana o un vaso de plástico, con cuál se queda?

Cuando bebemos café, o cuando bebemos o comemos cualquier otra cosa, no sólo trabajan nuestras papilas gustativas, sino que también todos los otros sentidos. El sentido del gusto está entrelazado con el sentido del olfato, el tacto, la vista y todos ellos mezclados afectan significativamente nuestro placer.

La razón es porque todos los sentidos sensoriales se combinan y hacen una evaluación general en una parte de nuestro cerebro llamada corteza orbitofrontal. Eso quiere decir que no podemos distinguir en que grado, los diferentes estímulos sensoriales contribuyen al disfrute general de los alimentos.


Varios experimentos científicos han comprobado que las personas disfrutan más de las cosas caras. Por ejemplo, un mismo vino puesto en botellas diferentes y a precios disímiles, uno barato y otro caro, las personas sienten neurológicamente más placer cuando prueban la botella cara.

El efecto halo

Desde la perspectiva de una persona que desea maximizar su placer al beber café ¿es importante el recipiente en que lo toma? La respuesta es: Si.
Como ya dijimos, disfrutamos más de algo cuando está presentado en una forma más agradable, porque el cerebro combina todos los sentidos sensoriales y hace una evaluación general.

Pero existe otra corriente de investigación “el efecto halo”, que explica además, porqué nos importan tanto las superficialidades.
Investigaciones sobre el efecto halo revelan que, cuando algo es agradable a nuestros sentidos, le asignamos un montón de otras cualidades positivas.
De ese modo por ejemplo, una persona con buen aspecto y bien vestida se piensa que es más inteligente y competente. No es casualidad que generalmente, las personas atractivas físicamente ganan más dinero que las personas que no lo son.


Los seres humanos también aplicamos el "efecto halo", dentro de ciertos límites, a los objetos y estímulos inanimados.

Entones, si nuestro disfrute se ve afectado no sólo por las características “centrales” del estímulo, sino también pos sus características superficiales, nos deberíamos plantear la siguiente pregunta: ¿está mal buscar las características superficiales? O en el ejemplo inicial, ¿por qué no deberían los clientes haber elegido la taza de porcelana para beber el café?
La cuestión no radica en la búsqueda de las superficialidades, sino en darle una mayor prioridad sobre las características realmente importantes, o sea, darle mayor importancia al envase que al producto.


El valor de la actitud

Otra razón importante por la cual buscamos lo superficial es el valor de la actitud. Si te ves bien, es más probable que seas (y te sientas) más respetado por los demás. Es por ello que la gente prefiere tener, por ejemplo, coches más caros, a pesar de que todos los coches cumplen la misma función.

Un estudio realizado por la Universidad de Richmond reveló que en una competencia de ajedrez en dónde los jugadores podían elegir a sus rivales, se tendía a elegir a los rivales peor vestidos. Porque se asumía que éstos eran menos competentes.

La mayoría de nosotros quiere verse bien a los ojos de los demás, impresionar, es una de nuestras metas sociales más importantes, porque sabemos que la gente a partir de pistas superficiales, hace evaluaciones acerca de nuestros valores más profundos.


Valores superficiales vs valores profundos

A pesar de todo lo dicho, los científicos saben que muchas personas son conscientes de su alta susceptibilidad a valorar las cosas superficiales más de lo que deberían.
Es por ello que estos estudios sirven para ubicarnos en donde deben estar nuestras prioridades, por ejemplo, es mucho mejor para nuestra gestión de impresión, el alabar al otro en lugar de intentar superarlo. Ya que en el largo plazo, los valores más profundos de las personas afloran independientemente de sus características superficiales.
Este punto de vista, a su vez, nos ayudará a ser más seguros de nosotros mismos, a dar mayor prioridad a lo que realmente es importante y a evaluar el papel que juegan las cosas superficiales para mejorar nuestra calidad de vida.