La relación entre el esfuerzo y el conocimiento: ¿por qué pocos sobresalen?


¿Por qué son pocas las personas qué logran destacarse en las distintas áreas del conocimiento? ¿Por qué tanta gente queda por el camino? Una de las cosas que debemos tener en cuenta es que la relación entre el esfuerzo y el conocimiento no es lineal.


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Dijo alguna vez Thomas A. Edison que un genio es 99% de transpiración y 1% de inspiración, lamentablemente, muchísima gente no parece reconocer que para lograr una habilidad suficiente sobre algo, se requiere de mucho trabajo durante un período prolongado de tiempo.

En muchos casos seguimos actuando como si determinadas personas tuvieran "algo" y la mayoría de nosotros no. Como consecuencia de ello, muy pocos obtienen las habilidades suficientes para sobresalir en algún área.
Es muy probable que en determinado momento nos damos cuenta de ello, seguramente por la mediana edad, pero a su vez, sentimos que es demasiado tarde, quizás es por esto que pasados los 40 sea tan común que mucha gente se sienta disconforme y piense que en materia laboral debió haber tenido mejor suerte.


¿Por qué sucede esto?

Tal vez la razón más importante es que no sabemos lo que realmente queremos, muchos de nosotros ni siquiera ha encontrado lo que realmente le apasiona. Una razón relacionada es que tomamos caminos por motivos equivocados, por ejemplo, mucha gente desea trabajar en áreas donde intuye que hay mucho dinero (banca, finanzas, etc.) o en algunos sectores porque están de moda. Pero como varias investigaciones han demostrado, las recompensas extrínsecas (dinero, fama, etc.) son motivadores sólo hasta cierto punto, y si no nos gusta lo que hacemos, no duraremos demasiado. En otras palabras, para permanecer dedicados a algo en el largo plazo, realmente nos tiene que gustar.

Además, hay una tercera razón más engañosa, y es que nos damos por vencidos demasiado rápido. Esto sucede incluso en aquellas personas que tienen la suerte de haber encontrado su vocación. Hay muchas razones por las que nos damos por vencidos, pero la más importante es, sin dudas, que tenemos intuiciones erróneas sobre el proceso por el cual obtenemos los conocimientos necesarios.

Tendemos a creer que el proceso para obtener el conocimiento sobre determinada área es lineal, es decir, que la experiencia es directamente proporcional a la cantidad de esfuerzo que ponemos en él. Pero, en realidad, la relación entre el esfuerzo y el conocimiento no es lineal, el crecimiento de la experiencia al igual que, por ejemplo, el crecimiento de las ventas de un producto o el crecimiento del cuerpo humano, se produce con pausas, entre las cuales pueden haber largos períodos de estancamiento.


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Esfuerzo y conocimiento: la relación no es lineal

Hay una buena razón de porqué la relación entre el esfuerzo y el conocimiento no es lineal y es que para llegar a un nuevo nivel de conocimiento, varias dimensiones de nuestra naturaleza se ponen en juego, y no es hasta que todas las dimensiones hacen un "clic" para así ascender a un nivel superior.
Un buen ejemplo de esto es el proceso de aprendizaje de conducir un vehículo, en el cual debemos coordinar el trabajo de varias capacidades diferentes: evaluar la distancia entre un coche y otro, reconocer cuándo y en qué medida girar el volante, evaluar la relación entre la aceleración y la presión al pedal y a su vez la velocidad resultante, etc. al principio es muy difícil prestar atención a todas las tareas, lo normal es ganar experiencia en una y luego en otra. Con el tiempo y a través de un proceso conocido como "fragmentación" obtenemos un nivel suficientemente alto de habilidad en cada una de ellas, como para realizar las acciones coordinadamente. Cuando esto sucede, experimentamos un aumento en el nivel de nuestra capacidad para la conducción de un vehículo.


¿Qué quiere decir esto?

Lo primero es reconocer que no es conveniente sustituir lo que realmente es nuestra vocación, aunque no haya un gran mercado para ello, a la larga es mucho mejor ser un pez grande en un pequeño río que un insignificante plancton en un vasto océano.
En segundo lugar, si usted se está capacitando en lo que realmente le gusta, manténgase allí, incluso si está desalentado por una aparente falta de progreso. Tarde o temprano romperá el techo de un nuevo nivel de sabiduría, y será en ese punto cuando entenderá perfectamente la relación entre el esfuerzo y el conocimiento.