Madres adolescentes y adultas responden de forma diferente al llanto del bebé


Las madres adolescentes no responden fisiológicamente de la misma manera que las madres adultas al escuchar el llanto de un bebé. Veamos las causas.



Según el estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá), esta diferencia se debe a la falta de madurez neuronal en una región del cerebro de las madres adolescentes.


La investigación

La exploración indagó en tres grupos diferentes de mujeres. El primer grupo estaba integrado por 56 madres adolescentes (edad promedio 18 años) cuyos hijos tenían menos de un año. El segundo grupo se componía de 58 chicas adolescentes con la misma media de edad que el primero, en este caso no eran madres ni estaban embarazadas. El tercer grupo estaba conformado por 49 madres adultas (edad promedio 31 años), que al igual que el primer grupo, eran madres primerizas y sus hijos tenían menos de un año.

A todas las participantes se les hizo escuchar un audio con el llanto de un bebé por algunos minutos, posteriormente se les analizó la frecuencia cardíaca y el nivel de cortisol (una hormona que se libera como respuesta al estrés), a través de una muestra de saliva.
A continuación, las mujeres que eran madres (primer y tercer grupo) fueron grabadas en vídeo interactuando con su propio bebé durante 15 minutos.


Los resultados

Las conclusiones de la investigación marcaron que, desde un punto de vista fisiológico, no hubo diferencias en la forma que las madres adolescentes (grupo 1) y las adolescentes que no eran madres (grupo 2) respondieron al llanto de los bebés, ya que en ninguno de los dos casos hubo cambios en la frecuencia cardíaca ni variaciones en el nivel de cortisol.

Pero las diferencias aparecieron cuando se compararon a las madres adolescentes (grupo 1) con las madres adultas (grupo 3). Estas últimas mostraron un aumento tanto en la frecuencia cardíaca como en el cortisol, en respuesta a los llantos.


Estas diferencias fisiológicas también se reflejaron claramente en la forma en que los dos grupos de madres interactuaron con sus hijos. Los vídeos indicaron que las madres adolescentes pasaron menos tiempo jugando con su bebé y más tiempo mirando para otro lado.

Tomados estos datos en conjunto, los investigadores manifiestan que los resultados sugieren que las madres adolescentes están en una menor sintonía conductual y fisiológica con sus bebés. Quizás, en parte, influyan los complejos retos sociales y económicos que las madres adolescentes muchas veces deben afrontar. Pero sobre todo, existe una amplia literatura que indica que la corteza prefrontal medial, una región del cerebro que controla el alerta conductual y la sensibilidad sensorial, madura lentamente y que este proceso finaliza alrededor de los 24 años de edad, esto quiere decir que en la adolescencia está aún en pleno desarrollo.


Referencia:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0018506X07002280



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